lunes, 31 de marzo de 2014
Aunque no te entienda... ¡Habla a tu bebé!
Todavía
es muy pequeñito, y falta mucho tiempo para que diga sus primeras palabras. Sin
embargo, si nos dirigimos directamente al bebé durante sus primeros meses de vida,
en el futuro le será mucho más fácil aprender a hablar.
Siempre se ha dicho que, cuanto más pequeño se es, más facilidad se tiene
para aprender cosas nuevas. El lenguaje es uno de los ejemplos más evidentes:
antes del año, los bebés entienden más de 200 palabras, y a los dos años ya son capaces
de decir la misma cantidad. Si no te sientes impresionado con este dato, piensa
en cuánto tiempo te llevaría a ti aprender 200 palabras en inglés…
La razón por la
que nuestros peques son como esponjas se explica por la plasticidad de su
cerebro. Esto quiere decir que en los bebés se están formando conexiones neuronales a toda velocidad, y además
estas conexiones pueden cambiar en función de su uso. Takao Hensch, profesor de
neurología del Hospital Infantil de Boston y especializado en desarrollo del
cerebro, lo explica así: “Todos los niños nacen siendo ciudadanos del mundo, y
esto significa que un niño nacido en Japón tiene la misma facilidad para aprender japonés
que inglés u otro
lenguaje”. Sin embargo, según va creciendo y conociendo la lengua materna, sus
neuronas se “reorganizan” para adaptarse al aprendizaje de la misma. Por eso, si hablamos a los bebés desde el principio, aunque no nos
entiendan, estamos estimulando este proceso de reconfiguración del cerebro y
ayudándoles en el desarrollo del lenguaje. “Los niños
están aprendiendo su lengua incluso antes de hablar. El útero no es una cámara insonorizada”, explica
Karin Stromswold, profesora de psicología en la Universidad de Rutgers.
miércoles, 26 de marzo de 2014
viernes, 21 de marzo de 2014
Actividades 0-1 mes. CUERPO.
LEVANTAR LA CABEZA
Cada día poned al bebé boca abajo durante un rato, para que se acostumbre a esta posición. Para que esté más cómodo, podéis levantarle el pecho con una almohada o una toalla enrollada en forma de rodillo. Aseguraos de que los brazos le quedan por delante.
Mostradle algo que le llame la atención, como un juguete de colores vivos y contrastados o bien un objeto que haga ruido. Poned el objeto bien centrado a unos 25-30 cm de sus ojos.
A continuación, id levantando el juguete muy despacio para que el niño o la niña lo siga con la vista y estire la musculatura del cuello para levantar más la cabeza.
Reforzad positivamente su esfuerzo por llevar a cabo la acción: ¡Muy bien! y, recompensadle poníendole el objeto en las manos.
MOVERSE LIBREMENTE
Cuanto más amplia sea la zona de movimiento que ofrecemos al bebé cuando está despierto, más se moverá. Es importante, pues, aprovechar los ratos de después del cambio de pañales o del baño para dejarlo unos minutos sobre una superfície amplia, limpia, caliente y suave con plena libertad de movimientos y bajo la supervisión atenta de algún adulto.
Los movimientos libres y espontáneos de los niños intensifican muchas funciones corporales, como la circulación de la sangre, la respiración y la digestión.
LEVANTAR LOS BRAZOS
Estimular el movimiento de los brazos del niño o la niña es sencillo, porque cuando entramos en contacto con él o ella comunicándonos a través de las miradas y las sonrisas, su manera de responder y de hacernos saber que está contento o contenta, o excitado o excitada, es a través del movimiento y de la agitación de sus brazos.
Así pues, colocadlo delante de vosotros, acariciadle el pecho, la barriga y los brazos, pero sobre todo miradlo con intensidad y sentimiento; como respuesta levantará y moverá los brazos.
PASAR MANGAS
También podéis aprovechar el momento de vestir y desvestir al bebé para estimular la flexión y la
extensión de los brazos. Pasar los brazos del niño o la niña por las mangas de los jerséis o camisetas no es una tarea sencilla, pero se puede convertir en un ejercicio motor muy interesante. Se debe proceder con cuidado. Los movimientos no deben ser bruscos y hay que ir explicándole lo que vamos haciendo. El bebé percibirá enseguida si estamos haciendo una tarea rutinaria o nos dedicamos a él sin prisas y con la finalidad de estimularlo.
ABRIR EL PUÑO
La ejercitación en el aflojamiento del puño es muy importante, ya que los niños y niñas sólo pueden coger objetos con la mano abierta, por lo tanto, este reflejo involuntario se transformará en el futuro en la capacidad de coger las cosas de manera voluntaria.
1. Acariciaremos el dorso de la mano del bebé
2. Abrirá ligeramente la mano. Aprovecharemos para tocarle la palma
3. Inmediatamente cerrará la mano. Habrá ejercitado el movimiento de abrir y cerrar el puño
ACARICIAR LA PALMA
Intentaremos que mantenga un ratito la palma de la mano abierta gracias a nuestra asistencia.
1. Volveremos a hacer una presión suave en el dorso de la mano del niño o la niña para que vuelva a abrirla ligeramente.
2. Estiraremos los dedos separando el pulgar con mucho cuidado.
3. Mantendremos la mano abierta y le acariciaremos la palma.
BOCADILLO DE MANOS
En este ejercicio, a parte de obtener una sensación muy placentera a través del contacto con las manos del adulto, consigue tener la mano abierta un buen rato. Esta habilidad prepara sus manos para la futura prensión voluntaria.
1. Abriremos con cuidado la palma de la mano del bebé
2. Pondremos su palma sobre la palma de una de nuestras manos
3. Con la otra mano presionaremos ligeramente la mano del bebé sobre la nuestra como si hiciéramos un bocadillo.
COGERLE EL DEDO
uno de los nuestros. Por reflejo innato de presión lo presionará al sentir el contacto. Iremos introduciendo cada uno de nuestros dedos, por orden y uno a uno, empezando por el meñique y continuando con los otros hasta el pulgar. El propósito no es que coja un dedo por un tiempo indefinido, sino que abra y cierre el puño cada vez que le ofrecemos uno más.
ESTIRAR LAS PIERNAS
Con el niño o la niña tumbados boca abajo, estiraremos suavemente y con mucho cuidado algunas de sus articulaciones. Como la fuerza del bebé se desarrolla de la cabeza a los pies, seguiremos la siguiente secuencia:
- Estirar las caderas
- Estirar las rodillas
- Estirar las piernas
- Estirar los tobillos
Luego seguiremos el juego con el bebé tumbado boca arriba. Sostendremos con una de nuestras manos una pierna del niño por el tobillo, de forma que quede lo más estirada posible. Entonces, haremos deslizar la palma de nuestra otra mano desde las caderas hasta el tobillo.
Cuando nuestra mano llegue a su pie, la dejaremos sujetándole el tobillo mientras utilizamos la otra para repetir la operación. Iremos alternando una mano y la otra hasta que hayamos bajado tres veces con cada una. Después, haremos el mismo ejercicio con la otra pierna.
MOVER EL BARQUITO
En este juego simularemos que somos una barquita que navega acunándolo suavemente de derecha a izquierda. Cruzaremos las piernas y nos sentaremos al bebé encima, de espaldas a nosotros. Balancearemos las piernas hacia un lado y hacia el otro y él se irá desplazando con nuestro movimiento.
martes, 11 de marzo de 2014
Tarjetas en blanco y negro para bebés
Los materiales que proponen han sido utilizados por diferentes profesionales de la educación que trabajan con bebés, en sesiones de atención temprana y a través de programas individualizados en las escuelas, con resultados eficaces en la mayoría de los casos para provocar respuestas visuales o mejorar niveles de atención visual.
Consisten en tarjetas fabricadas en cartulina blanca, con dibujos geométricos en negro realizados con rotuladores gruesos, o bien fotocopiados de modelos ya existentes. Los diseños más empleados han sido:
- espirales
- círculos concéntricos
- círculos con líneas convergentes
- dameros
- contornos con líneas diagonales
- puntos gruesos
- caras esquemáticas: círculo con línea vertical (nariz), perpendicular horizontal (boca), y dos puntos (ojos)
Aunque las reacciones ante cada diseño varían de unos casos a otros, la espiral y el círculo concéntrico han sido los más atrayentes desde el principio para la mayoría de los niñ@s.
Las tarjetas estan elaboradas en un tamaño mínimo (A4 y cuartilla), porque deben ser presentadas a una distancia NO inferior a 30cm (nunca más cerca). Se han plastificado para garantizar su duración.
Otros materiales utilizados son las bolas de corcho blanco de diferentes tamaños, decoradas con disseños en negro (con rotulador), y que pueden colgarse de hilos transparentes.
Os dejo algunos modelos de tarjetas en blanco y negro
Procedimiento:
1) Se presenta el material delante de la cara, a unos 30-40 cm, sin moverlo. Esperamos hasta 30 segundos. Si el niñ@ dirige la mirada hacia el lugar, mantenemos la tarjeta unos 3 segundos y la retiramos, mientras hacemos un comentario y un gesto afectuoso (MUY BIEN o similar). Es conveniente utilizar un refuerzo verbal, visual y táctil.
2) A continuación se presenta de nuevo la tarjeta delante de la cara, pero en otro ángulo y a la misma distancia. Si dirige la mirada hacia el lugar, retiramos la tarjeta y hacemos un comentario y un gesto afectuoso como el primer intento.
Puede continuarse la presentación de la tarjeta hasta 5 intentos, todos desde diferentes ángulos.
Si sólo se observa respuesta desde determinado punto o zona del campo visual, se presentarán las tarjetas sólo desde ese ángulo.
La fijación puede ser clara solamente en determinados momentos, y no siempre, aunque la tarjeta se presente a la misma distancia. En tal caso hay que cambiar el tipo de estímulo (objetos brillantes, molinillo de colores, caretas...etc) y observar la respuesta, incluso variar la distancia, repitiendo el procedimiento antes descrito.
Si queréis leer más sobre diferentes ejercicios os dejo el PDF con las explicaciones.
sábado, 8 de marzo de 2014
Estimulación del cerebro
Cuando nace un bebé, su cerebro aún tiene que desarrollarse, sobre todo la parte que le permite realizar actividades complejas. Esto es porque las neuronas son aun inmaduras y necesitan conectarse y comunicarse entre ellas para poder realizar funciones más avanzadas. Esta conexión se realiza de manera más intensa en los primeros años de vida, así que todo lo que acontece alrededor de un bebé influirá en estás interconexiones neuronales. Algunas de las neuronas del recién nacido ya están conectadas para realizar funciones vitales básicas pero el resto deberán madurar y conectarse entre ellas.
De 0 a 3 años es una etapa clave para el futuro de nuestros hijos. Las experiencias que tienen los niños durante sus primeros años de vida tienen un impacto directo en la formación y el desarrollo neuronal y su efecto es duradero
Está demostrado que las experiencias tempranas de los bebés son tan importantes como su genética. Está claro que la genética marca la configuración del cerebro pero todos los estímulos recibidos por un bebé: emocionales, afectivos, verbales, visuales y auditivos orientan y conducen el complejo proceso de interconexión de neuronas que posteriormente va a permitir el aprendizaje.
Después de los 3-4 años esta maduración del cerebro continúa pero a un ritmo menor que en la primera etapa y hacía los 8 años, el cerebro está casi maduro en su tamaño pero aún no se ha completado el desarrollo.
Con esto queda claro que podemos influir en el desarrollo del cerebro de nuestros hijos, pero la edad más adecuada de hacerla son los primeros años de vida.
viernes, 7 de marzo de 2014
De vuelta!
Después de un embarazo de 40+3 y la llegada de un precioso bebé vuelvo a la carga...
Esta vez con más recursos pero para los más pequeños, espero que os gusten y que podáis coger ideas para ponerlos en práctica y disfrutar con los más peques de la casa a la vez que aprenden!
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